viernes, 16 de marzo de 2012

Economía marxista


Explicar el mundo y transformarlo.

Dice Marx: desde lo material, que es lo que determina la conciencia de la persona.

“Y lo que decimos aquí de la naturaleza ... es aplicable igualmente a la historia de la sociedad...

y en general, a todas las ciencias que se ocupan de las cosas humanas... descubrir las leyes generales del movimiento que se imponen como dominantes en la historia de la sociedad humana.”

Materialismo histórico: ... en la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones, necesarias e independientes de su voluntad: relaciones de producción que corresponden a una determinada fase del desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el progreso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social, es lo que determina su conciencia...”

Las relaciones de producción son las relaciones o las posiciones que los hombres adoptan en el proceso productivo, es decir las clases sociales. Se dan a través de la división del trabajo.

Las fuerzas productivas serían tres: la naturaleza, los instrumentos de producción (utensilios, herramientas, máquinas) y el hombre.

Sobre los modos de producción dice “el modo como los hombres producen sus medios de vida depende, ante todo, de la naturaleza misma de los medios que tiene disponibles y que trata de reproducir. Este modo de producción, es un determinado modo de actividad de los individuos, un determinado modo de manifestar su vida... por tanto, lo que los hombres son coincide, por consiguiente, con su producción; tanto con lo que producen, cuanto con el modo como producen. Lo que los individuos son, depende, de las condiciones materiales de su producción. Esta producción sólo aparece al multiplicarse la población; presupone un intercambio entre los individuos; la forma de este intercambio se halla, determinada por la población.*

Las relaciones de producción, las fuerzas de producción y el modo de producción junto con las formas de producción que constituyen la manera o el medio en que una sociedad produce los elementos que necesita para la vida. (ejemplos: la caza la agricultura, la industria) formaran la infraestructura.

* Existen para Marx 5 modos de producción a lo largo de la historia: comunismo primitivo, esclavismo, feudalismo, capitalismo y comunismo.

Teorías económicas: a) Plus Valía: “...sobre y por encima de las horas necesarias para reponer su salario o el valor de su fuerza de trabajo, el obrero trabaja otras horas... que llamaré de plus- trabajo, y este plus-trabajo se traducirá en plus-valía y en un plusproducto...” “Es el empresario capitalista quien extrae directamente al obrero esta plus-valía, cualquiera sea la parte de ella que se reserve. Por eso la relación entre empresario capitalista y el obrero asalariado, es la piedra angular de todo el sistema angular de todo el sistema del salariado y de todo el régimen actual de producción.

b) Concentración de capital: La expropiación de los antiguos propietarios privados, cobra forma nueva.

Ahora ya no es el trabajador el que gobierna su economía... el que debe ser expropiado.... sino capitalista que explota a numerosos obreros. “esta expropiación se lleva a cabo por el juego de leyes inmanentes de la propia producción capitalista, por la concentración de capitales. Un capitalista devora a muchos otros.

La burguesía es la clase de los capitalistas modernos. “La moderna sociedad burguesa, que ha salido de entre las ruinas de la sociedad feudal, no ha abolido las contradicciones de clase. Únicamente ha sustituido las viejas clases, las viejas condiciones de opresión, las viejas condiciones de lucha por otras nuevas...” “Nuestra época se distingue por haber simplificado las contradicciones de clases. Todas la sociedad va dividiéndose cada vez más... en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases que se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado

Otros conceptos: La fuerza del trabajo. “... lo que el obrero vende no es directamente su trabajo, sino su fuerza de trabajo, cediendo al capitalista el derecho a disponer de ella. ¿Qué es la fuerza de trabajo? La fuerza de trabajo de un hombre existe pura y exclusivamente en su individualidad viva. Para poder desarrollarse y sostenerse, tiene que consumir una determinada cantidad de artículos de primera necesidad... pero... al igual que la máquina, se desgasta y tiene que ser sustituido por otro; (por lo tanto) además de los artículos requeridos para su propio sustento, necesita otra cantidad para criar determinado número de hijos, llamados a reemplazarle y a perpetuar la estirpe obrera.

El trabajo enajenado. El trabajo en el cual se enajena el hombre es de autosacrificio, de mortificación... El carácter externo del trabajo, respecto del obrero, aparece en el hecho de que no es suyo, sino de otra persona; no le pertenece a él, que él mismo no se pertenece a sí, sino a otro... la actividad del obrero no es espontánea, pertenece a otro; es al perdida de su yo.”


Más información: Una muy buena página sobre varios conceptos marxistas

Adam Smith

ADAM SMITH

El papel del Estado

Que el Estado pretenda dirigir la economía del modo que los gobernantes crean más conveniente para la prosperidad general es, sencillamente, contraproducente: “El gobernante que intentase dirigir a los particulares respecto de la forma de emplear sus respectivos capitales, tomaría a su cargo una empresa imposible, y se arrogaría una autoridad que no puede confiarse prudentemente ni a una sola persona, ni a un senado o consejo, y nunca sería más peligroso ese empeño que en manos de una persona lo suficientemente presuntuosa e insensata como para considerarse capaz de tal cometido”. En definitiva, según Smith, ningún individuo posee los conocimientos necesarios para asignar los recursos económicos del país y garantizar que su asignación será beneficiosa para la prosperidad de la nación. Afirma incluso, en razón de sus estudios históricos, que “las grandes naciones nunca se empobrecen por la prodigalidad o la conducta errónea de algunos de sus individuos, pero sí caen en esa situación debido a la prodigalidad y disipación de los gobiernos”.

En este sentido, Smith es contrario, en general, a toda medida política que suponga el control y la regulación estatal de la economía: subvenciones, derechos de aduana, las prohibiciones respecto al comercio exterior, las leyes de aprendizaje y establecimiento, los monopolios legales, las leyes de sucesión (que obstaculizaban el libre comercio de la tierra), etc. El efecto final de todas ellas era impedir la ampliación del mercado, y con ella, la división del trabajo y el consiguiente enriquecimiento de todos.

De esta manera, la función del Estado debía limitarse básicamente a cuatro funciones: la defensa de la propiedad privada, la defensa contra cualquier agresión extranjera, la administración de justicia y el sostenimiento de algunas obras e instituciones públicas que, por su escasa rentabilidad directa, ningún individuo querría mantener. Éste último es el caso de la educación, necesaria tanto para contrarrestar las deficiencias en la vida moral que conlleva la división del trabajo como para contribuir a la mejora de la industria a través del conocimiento.

No obstante, a pesar de lo que muchos creen, Adam Smith no afirma que la acción de la “mano invisible” conlleve en todos los casos el bien común, que es su objetivo último. Es por ello que hablar también de la necesidad de legislar para “habilitar a sus individuos y ponerles en estado de poder surtirse por sí mismos de todo lo necesario”. Manifiesta incluso más temor por la ambición privada que por la tiranía pública (“puede decirse que la caprichosa ambición de algunos tiranos y ministros, que en algunas épocas ha tenido el mundo, no ha sido tan fatal al reposo universal de Europa como el impertinente celo y envidia de los comerciantes y fabricantes”) y advierte también de que la codicia de algunos individuos puedes juntarlos en conspiración contra el bien común (“Rara vez se verán juntarse los de la misma profesión u oficio, aunque sea con motivo de diversión o de otro accidente extraordinario, que no concluyan sus juntas y sus conversaciones en alguna combinación o concierto contra el beneficio común, conviniéndose en levantar los precios de sus artefactos o mercaderías”).

Adam Smith no fue, por tanto, ningún defensor del capitalismo salvaje, el cual ni siquiera llegó a conocer, ni el consciente defensor de los intereses de la burguesía como clase social en particular. Hizo importantes concesiones a la posibilidad de que el gobierno promoviera el bienestar general mediante obras e instituciones públicas, e incluso, en muchas ocasiones, apoyó las restricciones gubernativas sobre la iniciativa privada cuando ésta se mostraba perniciosa para el interés general.

La “mano invisible”

“Ninguno por lo general se propone originariamente promover el interés público (…). Cuando prefiere la industria doméstica a la extranjera, sólo medita su propia seguridad, y cuando dirige la primera de forma que su producto sea el mayor valor posible, sólo piensa en su ganancia propia; pero en éste y en muchos otros casos es conducido, como por una mano invisible, a promover un fin que nunca tuvo parte en su intención”

En este fragmento de la Riqueza de las naciones, Adam Smith afirma que el ser humano, en lo que respecta al ámbito económico, se mueve principalmente de forma egoísta, es decir, por su interés individual. Y que, aun actuando los hombres de esa forma, ese egoísmo actuará de motor del crecimiento económico. La riqueza creada, además, no se hallará concentrada en las manos de unos pocos sino que de ella se beneficiará la mayoría de la población. Y todo ello en un marco económico que se caracteriza por un mercado regido únicamente por sus leyes naturales, las de la oferta y la demanda, sin la intervención reguladora del Estado. ¿Cómo es esto posible?

Adam Smith hace referencia, como hemos leído, a la acción de cierta “mano invisible” (quizás su más famosa expresión), la cual se encarga de conseguir que, en la mayoría de los casos, las ganancias que un individuo obtiene de sus negocios beneficien también, aunque de forma indirecta, al resto de la población.

El mercado, por lo tanto, se regula a sí mismo en beneficio de la mayoría, y, en principio, cualquier intervención estatal, por muy bienintencionada que esta sea, desequilibrará el funcionamiento natural de aquél e impedirá el crecimiento y distribución de la riqueza. En este sentido, el entorno político y legal es un factor de primer orden para el crecimiento económico.

La divisón del trabajo

El esquema económico smithiano parte de la afirmación categórica de que la fuente de la riqueza se halla en el trabajo: “el trabajo anual de cada nación es el fondo del que se deriva todo el suministro de cosas necesarias y convenientes para la vida que la nación consume anualmente”. De esta afirmación se desprende que aumentando la productividad laboral, aumentaremos también la riqueza. Por otro lado, Adam Smith piensa que la división del trabajo es la causante del aumento de la productividad. Así pues, concluye que es la división del trabajo lo que hace crecer la economía de un país.

¿Cómo surge dicha división? “Esta división del trabajo, que tantas ventajas trae a la sociedad, no es en su origen efecto de una premeditación humana que prevea y se proponga, como fin intencional, aquella general opulencia que la división dicha ocasiona: es como una consecuencia necesaria, aunque lenta y gradual, de cierta propensión genial del hombre que tiene por objeto una utilidad menos extensiva. La propensión es de negociar, cambiar o permutar una cosa por otra. (…) Como la mayor parte de los buenos oficios que de otros recibimos, y de que necesitamos, los obtenemos por contrato o por compra, esta misma disposición permutativa es la causa original de la división del trabajo”.

El economista escocés pone un ejemplo muy ilustrativo de cómo la división del trabajo conlleva necesariamente el aumento de la productividad. Es el famoso ejemplo de la fábrica de alfileres: “En el estado en que hoy día se halla este oficio no sólo es un artefacto particular la obra entera o total de un alfiler, sino que incluye cierto número de ramos, de los cuales cada uno constituye un oficio distinto y peculiar. Uno tira el metal o alambre, otro lo endereza, otro lo corta, el cuarto lo afila, el quinto lo prepara para ponerle la cabeza; y el formar ésta requiere dos o tres distintas operaciones; el colocarla es otra operación particular; es distinto oficio el blanquear todo el alfiler; y muy diferente, también, el de colocarlos ordenadamente en los papeles. Con que el importante negocio de hacer un alfiler viene a dividirse en dieciocho o más operaciones distintas, las cuales en unas ocasiones se forjan por distintas manos y en otras una mano sola forma tres o cuatro diferentes. (…) Estas personas podrían hacer cada día más de cuarenta y ocho mil alfileres, (…) pero si éstos hubieran trabajado separada e independientemente, (…) ninguno ciertamente hubiera podido llegar a fabricar veinte alfileres al día, y acaso ni aún uno solo”.

A continuación, explica detalladamente por qué dicha división incrementa la productividad laboral. Tres son las razones que nos da: la primera es que, con la especialización laboral, el trabajador adquiere una mayor destreza en su labor particular gracias a la repetición continua de la misma cada día. En segundo lugar, se ahorra el tiempo empleado anteriormente en pasar de una actividad a otra, tiempo que, lógicamente, servirá para seguir produciendo. Y en tercer y último lugar, Smith piensa que la división y especialización laboral lleva a los trabajadores a inventar máquinas: “Una gran parte de las máquinas empleadas en aquellas manufacturas en que se halla muy subdividido el trabajo fueron en su origen inventos de algún artesano, que embebido siempre en una simple operación hizo conspirar todas sus ideas en busca del método y medio más fácil de hacerla y perfeccionarla.” Y el uso de máquinas, como es de todos sabido, permite reducir el tiempo de elaboración de un producto.

No obstante, la división del trabajo lleva implícito un grave perjuicio para las personas a las que afecta. A saber: el operario que realiza una misma tarea de forma monótona y continua durante toda la jornada y día tras día va a ver empobrecida su vida moral, pues deja de usar muchas de sus capacidades mentales. Aquí vemos la otra faceta de Smith, la de filósofo moralista. Para contrarrestar este daño, da una gran importancia a la educación, de la cual habrá de encargarse el Estado.

La división del trabajo tiene varias limitaciones, las cuales, en atención a lo ya dicho, restringirán también el crecimiento económico. Una de esas limitaciones es el grado de estandarización del producto a elaborar: a mayor estandarización, mayor será la posibilidad de división laboral. Otra es la estabilidad de la demanda del producto y la certidumbre de dicha estabilidad a medio y largo plazo. Sólo teniendo la garantía de que el producto fabricado va a ser vendido asume alguien razonable la inversión que conlleva la división y especialización del proceso productivo. La disposición de capital, por tanto, es un condicionante de primer orden en la división del trabajo. Ésta requiere de un importante capital previamente acumulado para hacer frente a los costes que la división del trabajo lleva parejos (adquisición de maquinaria y herramientas especializadas, básicamente).

El otro gran limitador, junto al capital, de la división del trabajo es el tamaño del mercado: “Así como la facultad de cambiar motiva la división del trabajo, la amplitud de esta división se halla limitada por la extensión del mercado. Cuando éste es muy pequeño, nadie se anima a dedicarse por entero a una ocupación, por falta de capacidad para cambiar el sobrante del producto de su trabajo, en exceso del consumo propio, por la parte que necesita de los resultados de la labor de otros”. El comercio libre y abierto (en oposición al restringido por barreras políticas, como las que suponen los aranceles altos) favorecerá, por tanto, la división del trabajo y, en definitiva, la riqueza del país.

Su ideología

El egoísmo es así elevado a la categoría de virtud. La sociedad y el estado deben liberar las iniciativas individuales para que, sin trabas ni reglamentaciones y gracias a la suma de las energías y los afanes de los hombres, pueda prosperar el bienestar general y la riqueza de las naciones; todo ello regulado por las leyes naturales de la vida económica basadas en los principios del libre mercado y de la beneficiosa competencia.

Valor de uso, valor de cambio

El mismo Smith proporciona un ejemplo esclarecedor: «Nada hay en el mundo tan útil como el agua; sin embargo, con el agua podemos adquirir muy pocas cosas; nadie nos dará por ella ni una pequeñísima parte de un bien que escasea. Por el contrario, si tenemos un brillante, objeto que escasea y no tiene ningún valor de uso, nos será fácil encontrar quien nos ofrezca gran cantidad de otros bienes a cambio de él .» «El valor de cualquier mercancía es igual a la cantidad de trabajo que se puede adquirir a cambio de ella. El trabajo es, por tanto, la medida del valor de cambio de todas las mercancías.»

Abordó también el tema de los salarios, que vendrán fijados por contrato entre patronos y obreros, según la ley de la oferta y la demanda; éste es el salario corriente o de mercado que tenderá a equipararse con el salario natural que corresponde al coste de producción del trabajo obrero, es decir al mantenimiento del obrero y su familia a nivel de subsistencia. Ello será así porque, generalmente, la oferta de mano de obra es superior a la demanda de puestos de trabajo.

Teoría del valor

Así, el precio se resuelve tres partes o componentes: la primera parte va destinada a los salarios de los trabajadores, la segunda a los beneficios del capital de quien lo invierte y la tercera y última porción va destinada al terrateniente. Cuando las tasas a que se pagan estas masas de beneficio están equilibrio, se puede hablar de un precio natural de la mercancía. Así lo plantea Smith: ""el mismo precio natural varía con la tasa natural de cada uno de sus componentes: salario, beneficio y renta"

Si un producto es solicitado sube el precio y se favorece su elaboración, con lo que todo vendedor es retribuido según la importancia de los servicios que presta; la actividad concurrente garantiza el orden, la justicia y el progreso de la sociedad.

Legado

La ideología del liberalismo económico favoreció el proceso de industrialización, la creación de mercados mundiales, la acumulación de capitales, el surgimiento de empresas gigantescas, dimensiones todas que se reflejan en la segunda fase de la Revolución Industrial; pero separó la ética de la economía y se despreocupó de los problemas sociales de la industrialización.

Por otra parte, el análisis que Smith hizo del valor le convierte también en el precursor de los socialistas y de los comunistas. La medida real del valor de las mercancías es el trabajo, y él es el que establece el precio. Al principio, todo este precio pertenecía al obrero; pero cuando un individuo ha amasado un capital (tierra, materia prima, utensilios) y lo hace actuar por medio del obrero, el capitalista se queda con una parte del precio, y el resto o salario se lo entrega al obrero. Como cada uno de los dos quiere obtener la mayor parte posible del precio, la estipulación del salario es el resultado de una discusión entre capitalista y el obrero, discusión que conduce a la lucha de las clases rivales. “Los patronos forman, siempre en todas partes, una especie de liga tácita pero constante y uniforme para impedir que los salarios suban.” Smith se muestra frío con quienes no producen y “el soberano... y todos los ministros de la Justicia y todos los militares... son obreros que no producen... Los sacerdotes, los abogados, los médicos, son intelectuales,,, pueden ser clasificados en la misma clase” Se expresa severamente contra los mercaderes cuyo interés es contrario al interés social. Todas estas ideas han inspirados a Carlos Marx.


Videos sobre economía clásica

Programa

1- Unidad introductoria

a) - Concepto y definición del campo de estudio de la Economía y la Historia económica. Glosario económico.

b) - Algunas corrientes del pensamiento económico.

La economía clásica.

La economía marxista.

La economía neoclásica.

c)- Los sistemas económicos.

Concepto.

La economía de mercado.

La economía centralizada.

La economía mixta.

La Unidad 1 busca introducir los conceptos básicos de la disciplina, muchos de los cuales han sido trabajados en 5º año. Está planteada

para que el abordaje tanto de los aspectos del pensamiento, de los sistemas, como del glosario sean tratados en forma

transversal a medida que el curso lo requiera, para no caer en planteos abstractos que dificulten su comprensión.

2- La economía agroexportadora (1870-1930).

a)- Evolución del sistema capitalista y división internacional del trabajo.

b)- Inserción internacional de las economías de América mestiza. El contexto ideológico y político

3

c)- El primer impulso modernizador en el Uruguay: cambios socio-económicos en el medio rural (la inmigración y su influencia; revolución

del lanar y mestizaje y alambramiento), los grupos de presión y la consolidación del Estado. Aspectos financieros.

El modelo agroexportador o de “crecimiento hacia afuera”: características e impacto en la sociedad y en la vida cotidiana.

Estado, economía y sociedad en el primer batllismo: antecedentes, características.

La Unidad 2 contribuye a la comprensión de las transformaciones de la economía, la sociedad y el Estado uruguayo a partir del último cuarto

del siglo XIX, en el marco internacional y regional.

En el abordaje de esta unidad se sugiere resaltar los resultados de las transformaciones económicas, jurídicas, culturales

y sociales y cómo impactaron sobre los distintos sectores de la sociedad urbana y rural.

3 – Orígenes, desarrollo y crisis de la Industrialización Sustitutiva de Importaciones (1930-1973).

a)- Repercusiones económicas, sociales y culturales de la Primera Guerra Mundial en América.

E.E.U.U..: prosperidad, crisis y recuperación.

La influencia keynesiana en la economía capitalista de post-guerra: los “años dorados” de la economía mixta.

La planificación de la economía en el socialismo.

b)- La crisis de 1929 en América: estrategias para enfrentarla.

c)- El modelo Industrializador en el Uruguay: condiciones, estrategias socio-económicas, intervencionismo estatal, limitaciones.

La nueva coyuntura mundial y la crisis nacional: estancamiento del agro, déficit comercial.

Cambios en la política económica: reforma monetaria y cambiaria, relaciones con el FMI.

Diagnóstico y soluciones propuestas por la CIDE.

Especulación, inflación y espiral recesiva. Efectos sociales y políticos en el mediano plazo.

El movimiento obrero y su proceso de unificación.

El ajuste autoritario: congelamiento de precios y salarios. Impacto en la economía, en el mundo del trabajo y en la vida cotidiana.

La Unidad Tres señala la evolución y el nuevo papel del Estado (y su posterior desactivación), su presencia y acción en la economía y

en políticas sociales y laborales, así como la emergencia y gravitación de nuevos sectores de trabajadores. Entre ellos, cabe resaltar la

feminización de la fuerza laboral debida a la incorporación de la mujer al mercado de trabajo.

También es importante considerar el impacto socio-político e ideológico que la crisis del Estado de Bienestar provocó en la sociedad

uruguaya.

4

4- De la crisis de 1973 a la actualidad.

a)- Crisis del petróleo y su impacto en el mundo.

El neoliberalismo: contexto ideológico y su implantación (Europa, EEUU).

Nueva división internacional del trabajo (del fordismo al toyotismo, relocalización del capital trasnacional).

Estancamiento y Perestroika en la U.R.S.S.

“Un país, dos sistemas” en la China contemporánea.

La globalización: alcances y cuestionamientos.

b)- La crisis de la deuda externa en América.

Las reformas neoliberales: características. El ejemplo de Argentina y/o Chile.

Nuevas perspectivas para América en los comienzos del siglo XXI.

c)- El crecimiento económico durante el régimen cívico-militar en Uruguay: características.

El fin del ciclo de crecimiento: la crisis de 1982 y el problema de la deuda externa.

La transición hacia la democracia y las políticas socio-económicas. Los acuerdo de la CONAPRO.

Los intentos de integración regional y el MERCOSUR: diferentes visiones.

El crecimiento económico en el marco de la apertura económica y sus contradicciones.

La crisis del 2002, sus repercusiones socio-económicas y la profundización de la desintegración social.

Los cambios económicos, políticos y sociales a partir del 2004.

La Unidad 4 enfoca las características más sobresalientes de la economía y la sociedad actual, en un proceso que refuerza las asimetrías y

desigualdades entre las distintas regiones del mundo.

Sugerimos poner énfasis en el periodo de la dictadura cívico-militar en la coyuntura regional, destacando los aspectos comunes de ese

contexto, pero a su vez no descuidando las particularidades del Uruguay en sus líneas de larga duración. Se recomienda buscar un equilibrio

entre el enfoque económico y las repercusiones en la vida de los diferentes actores a lo largo de todo el periodo considerado.